Las LED de las #ideascreActivas

En el capítulo "Profes que buscan ideas" se desgranan los entresijos de la creatividad. Partiendo de la experiencia que he tenido en mi clase, conocerás cómo desarrollarla en tus hijos/alumnos. En esta entrada te voy a mostrar el sustrato científico sobre el que se apoyan las recomendaciones del capítulo.

¿Qué es la creatividad?


Seguro que conoces el juego de mesa Scrabble. Imagina que cada aprendizaje que realizas es una letra de ese juego. El tablero, a modo de mosaico, te permitirá unir letras para formar palabras. Ese sería tu cerebro. La creatividad equivaldría a las relaciones que eres capaz de establecer entre las letras, es decir, a las palabras. Tu creatividad mejorará a medida que consigas crear un mayor número de palabras y palabras más largas.


Tablero (=cerebro), fichas (=aprendizajes) y palabras (=creatividad)

Siguiendo con el ejemplo, podemos concluir que una buena forma de potenciar la creatividad es lograr más "letras". ¿Cómo? leyendo, practicando, aplicando... aprendiendo. 

¿Cómo se produce el proceso creativo en el cerebro?


Imagina ahora un cartel luminoso de bombillas LED, que se enciende y apaga rápidamente y por trozos, que rara vez repiten su anárquica combinación. Ese es nuestro cerebro: un órgano en permanente actividad. Tradicionalmente, la creatividad se ha relacionado con la "iluminación" del hemisferio derecho. Sin embargo, a medida que avanza el conocimiento en neurociencia, hemos advertido que nuestro cartel LED tampoco obedece a esa regla. 


La creatividad implica que se "enciendan bombillas" en ambos hemisferios. Surge así la "Teoría del mosaico cerebral", que afirma que el cerebro funciona como un todo, en el que la creatividad se mueve a sus anchas, conectando cosas que ya sabemos. Es decir, el proceso creativo tiene lugar cuando se relacionan, de forma diferente, cosas que ya se sabían. Esto es un cambio con respecto a la concepción más extendida, que asocia creatividad con una "nueva" idea fruto de la inspiración personal.

 

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