Neuroplasticidad

En el capítulo "Cerebros diferentes" se menciona una cualidad humana de gran interés para los educadores: la neuroplasticidad. Es un descubrimiento muy reciente que constata que las personas podemos desencadenar cambios en nuestros propios cerebros, ¿cómo? A través de la actividad mental. 

En el año 2000, investigadores de la Universidad de Londres descubrieron que los taxistas de su ciudad tenían una parte del cerebro, el Hipocampo (relacionado con la memoria espacial), mucho más desarrollado que el resto de las personas. Los taxistas desarrollaban más esa región cerebral porque la ejercitaban a diario, memorizando calles y rutas. Y, en contra de lo que podría pensarse, cada vez les resultaba más fácil realizar la memorización. Sus cerebros habían cambiado, adaptándose a las exigencias cotidianas de su actividad mental.


Después de constatar este descubrimiento en colectivos con una actividad mental específica en algún campo, como los músicos (2002) o las personas bilingües (2004); se han realizado experimentos de neurociencia que han permitido observar los cambios que la neuroplasticidad puede desencadenar en el cerebro. El siguiente vídeo recoge las conclusiones de un estudio de año 2006 con una babosa de mar. 


La neuroplasticidad del aprendizaje


Estos estudios también han demostrado que, a medida que nos hacemos mayores, nuestro hemisferio derecho sufre un deterioro mayor que el izquierdo. La razón es que reducimos su uso considerablemente. El hemisferio derecho entra en acción cuando tenemos que aprender algo nuevo, superar un reto nunca antes planteado... Una vez que se adquiere la destreza para hacerlo y se automatiza la acción, pasa a ser controlada por el hemisferio izquierdo. De esto se desprende que el aprendizaje debe ser una tarea constante, aprender siempre cosas nuevas te ayudará a que tu cerebro esté en plena forma.
 

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